De la entrada salen abundantes corrientes de aire calientes que empañan rápidamente gafas, objetivos de cámara, etc. La calor que hace dentro es exagerada pero basta con estar cinco minutos dentro para aclimatarse. Al entrar nos encontramos laminadores que resultan ser resbaladizos por la arcilla acumulada, y justo a la derecha se encuentra el paso para continuar la cueva, siempre a favor de los estratos. A continuación se encuentra el pozo de 11 metros que llega a la zona más espectacular por sus excéntricas.
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